Evitaremos en este presente las previas overturales y pomposas demostraciones que solían adornar a nuestras propias transcripciones del Opus Magnum debido a una cierta falta de creatividad y también de una incierta vagancia; es por ello que apenas habremos de citar un par de palabras de nuestra propia afable guía literaria, las cuales seguramente servirán el mismo propósito que el abandonado pomposo barroquismo. Si usted, querido lector, desconoce aún el tema al cual apenas nos hemos referido… busque! Es precisamente por esta razón (y muchas otras) que se ha dicho: Busca y encontrarás; y si no encuentras es porque tú no sabías lo que estabas buscando; pero si tú sabes qué es lo que estás buscando pero no puedes encontrarlo, probablemente ignores que tú solamente crees poseer ese conocimiento y como resultado realmente no sabes qué es lo que estás buscando, por lo tanto no serás capaz de encontrarlo; o quizá no sepas que ya sabes qué es lo que estás buscando, y tal cosa está frente a tus narices. (1)
En Marcos 5, 1-20, leemos (es más que una frase hecha dado que si no lees la citada porción bíblica, no serás capaz de entender el relato que sigue; por lo tanto, recomiendo fervientemente que te acerques a una Biblia, que la tomes con tus propias manos, y leas las referenciadas palabras de Marcos. En caso de que no seas capaz de leerlas, sea porque eres ciego o analfabeto, puedo simplemente decirte que te vayas a la mierda, dado que no serás capaz de leer mis insultos je je je [risas]; pero si eres perfectamente apto mas sucede que no tienes una Biblia en casa, por favor consigue una o pasarás una eternidad en el Infierno. Si no puedes darte el lujo de comprar un ejemplar, tienes derecho a robarle [ten en cuenta que sólo serás perdonado de tal pecado si apenas tomas la justa cantidad para comparar una edición de tapa dura del Rey Jacobo] a la primera persona que se te cruce, y luego sí comprar una. Si esa víctima resultare no tener dinero, entonces tendrás derecho a robarle a la segunda persona que se te cruce: solamente después habrás de compartir una porción del botín con la primera víctima fallida [esto, por supuesto, si es que finalmente terminas robándole al segundo transeúnte propuesto; en caso contrario, las cifras han de alterarse para acomodarlas a la realidad. Siempre el botín deberá ser compartido con todos aquellos que a pesar de no haber tener un centavo padecieron el fallido intento robero] para recién ahí sí comprar la Biblia. Si el necesario Libro Sagrado está en casa, deja de leer estas líneas [sin embargo, intenta alcanzar al menos el final de esta oración] y continúa una vez que estés dentro de tu hogar. Si cumples con todos los requisitos necesarios y aún no puedes leer las palabras de Marcos, procede por favor a abrir la Biblia. Para aquellos que poseen únicamente una mano y aún disfrutan de la presencia de la diestra, por favor, hagan como puedan; pero si revés al es, deberían utilizar la mano izquierda para estudiar el concierto para piano y orquesta en Re Mayor de Mauricio Ravel) algo acerca de unos cerdos y Jesús.
(Líneas faltantes)
(Líneas faltantes)
(Líneas faltantes)
He decidido, luego de algunas líneas de deliberación, compartir las palabras de Marcos, pero solamente para los ciegos, los analfabetos, y aquellos que intentaron acatar mis reglas pero que aún no han podido encontrar una Biblia apropiada.
“Y ellos vinieron hacia el otro lado del mar, dentro del país de los Gerasenos. Y cuando él hubo bajádose del bote, de inmediato un hombre salido de las tumbas fue a su encuentro con un espíritu impuro, quien tenía su morada en las tumbas: y no había hombre que ya pudiera amarrarlo; no, ni siquiera con una cadena, pues él lo había sido usualmente con grilletes y cadenas, y las cadenas fueron separadas por él, y los grilletes destrozados: y no hubo hombre lo suficientemente fuerte como para domarlo. Y siempre, noche y día, en las tumbas y en las montañas él gritaba y se cortaba con piedras. Y cuando vio a Jesús a lo lejos, corrió y lo adoró; y llorando desconsoladamente y gritando, dijo: ‘¿Qué he de hacer contigo, Jesús, que eres el Hijo del más Altísimo Dios? Te lo suplico por Dios, no me atormentes’. Pues él le dijo, ‘Sal, vete, espíritu impuro, del hombre’. Y le preguntó, ‘¿Cuál es tu nombre?’ Y él le dijo, ‘Mi nombre es Legión, pues somos muchos’. Y mucho le rogó para que no lo enviara lejos, fuera del país. Entonces había sobre la ladera de la montaña una gran piara de cerdos alimentándose. Y le rogaron a él, diciendo, ‘Envíanos dentro de los cerdos, para que así podamos ingresar en ellos’. Y él lo otorgó. Y los impuros espíritus salieron, y entraron en los cerdos: y la piara presurosamente se despeñó rumbo al mar, en número cercano a los dos mil; y se ahogaron en el mar”.
Por supuesto que continúa por un par de versos más, pero estos son los que por el momento importan: recuerda que todo es acerca del Nazareno y los cerdos.
La incesante consumición ojística (2) llevada a cabo por nuestro inefable y abundante cuate llamado Porky (3) encendió en su animalidad una cierta indignación, la cual en última instancia inspiró sus memorias, intituladas La fétida y tartamuda vida de un loco dibujito animado. Su ambicioso trabajo abarca un período de unos setenta años o más de existencia animada; mas dicha tarea precisaba de toda la ayuda posible. Porky fue amablemente acompañado por tres pequeñitos cerditos que el lector será naturalmente capaz de ubicarlos en la Historia de las Fábulas, precisamente dentro de los dominios de Los tres cerditos.
“Pasmado es la palabra que acertadamente describe lo que siento al leer y releer aquello que mis trémulos ojos se niegan a aceptar como verdad: Dios, nuestro Padre, axis de la Santísima Trinidad a través de su sacrificado hijo, segundo en la escalera trinitaria, abiertamente nos desprecia como cerdos al transformarnos en un maligno receptáculo de los funestos espíritus para luego ser arrojados al mar.
“A pesar de haber investigado exhaustivamente a mi árbol genealógico no pude encontrar relación sanguínea entre mí y aquellos muchachos accidentalmente suicidas; hecho que ni me impide o impedirá sentir cierta simpatía, empatía e incluso apatía también (4) por esos cerditos de segunda clase. Sin embargo debo admitir que siento una especie de afecto primero (5), sensación dirigida hacia mis tres estimados cerditos que ya son parte de un cuento inmortal y cuyos nombres no revelaré debido a cuestiones de seguridad: Jean Paul, Ludwig y Eusebio; más que amigos, son como primos hermanos para mí.
“Pero antes de renunciar a mi religión Católica Apostólica Romana, la cual fue proclamada por Flavius Valerius Aurelius Constantinus Augustus, he escrito algunas líneas a mi colega Pinocho, quien fue recientemente espolvoreado y chisporroteado con ciertos rumores de divinidad. Sucintamente, respondió:
“’No tengo nada que ver con ello. No soy Jesús o ninguna de esas locuras de mierda que la gente dice y escribe de mí. Déjenme solo así puedo masturbarme a salvo, y dejen de romperme las bolas con esas pavadas religiosas’ (6).
“Confrontado por tal escasez de palabras, consulté con el Prior de la Orden de las madres más sagradas del abandonado por la tormenta del día anterior al último miércoles. Usando su habitual claridad clorídea, explica:
“’Mi querido Hermano Romualdo García Pedrosa (el verdadero nombre de Porky): no sucumbas a esos impulsos animalescos que habitan en tu interior, mi querido. Sería mucho más ventajoso para ti si pudieras leer amorosamente el texto, abrazando al estilo alegórico, diseñado para mostrarnos e informarnos de un mensaje que va mucho más allá de las piarescas circunstancias y el cual está incluido en ese mismo Evangelio que citas con fervor. Naturalmente, el Mesías siempre actuó (y así continúa haciéndolo) con una inspiración divina que acaso sea infinita, y cuyo humilde margen de error está por debajo del 0.000000000001% (7). Quizá sería útil que pudieras observar el asunto de la piara cerdera como una gran parábola ofrecida por el Nazareno quien, siendo poseedor del conocimiento de las verdades ulteriores, expulsó al indeseable e indigno (Legión como metáfora de los muchos nudos presentes en la cuerda de Rumi: A pesar de que le hagas cien nudos, la cuerda sigue siendo una) del cuerpo de aquel patético y desdichado hombre, depositando o arrojándolos dentro de los cerditos; no es necesario que te recuerde, dado que es de público conocimiento, los enormes niveles de colesterol que tu raza le transmite a los humanos a través de su estupenda grasa (8). Fue precisamente esto lo que resultó ser mortal para Satán, una Legión que siempre, desde los tiempos pre-Adámicos abusó glotonísticamente (9) de alimentos ricos en grasas saturadas, focalizando su lujuria masticatoria en las famosas salchichas y chorizos madrileños (10).’
“Estas razonables explicaciones amainaron de alguna manera nuestro pesar e indignación. De paso: he logrado que mis primillos retomen su diario régimen de rezos obligatorios (150.000 Pater Noster y 67.890 Ave Maria) (11) como también las simuladas lapidaciones que siempre me dibujan una sonrisa en el rostro; y debo admitir que algunos días expelo algún que otro gas, pues estos hijos de puta pueden ser realmente muy graciosos y loquillos. Por supuesto, han humildemente retomado la sana y recomendable costumbre que es llamada auto-flagelación, mas únicamente cuando son tentados por la carne y grasa de una apetitosa y putilla cerda cualquiera.
“Por mi parte, le estaré eternamente agradecido a nuestro Prior. ¿La razón? Mi esbelta figura y la casi completa ausencia de grasa a lo largo de mi deliciosa chanchidad. No deseo que el Ángel Caído me vea solamente como un hermoso recipiente que apenas existe para ser rellenado e invadido para que así pueda llevarme al infernal horno donde seré cocinado eternamente. Si tal es el deseo del destino, habré de forzar a Legión a entrar sólo a través de las formas de la naturaleza: no las orejas ni la nariz ni la boca… y por favor, recuerden que no puedo nadar”.
Nota del editor: Fragmento penosamente escrito por Romualdo durante una fría mañana de diciembre, bajo un puesto de hot dogs ubicado en el Pier 39, San Francisco.
Acerca de la fábula Los tres chanchitos: será analizada en un probable futuro.
(1) Podría añadirse que Si supieras qué es lo que estás buscando, entonces seguramente no estarías leyendo esto porque estarías ya ocupado con aquello que has encontrado.
(2) Radamés fue por primera (y última) vez inspirado por su genial expresión, la misma que ha causado la existencia de esta nota a pie de página. Luego comenzó a trabajar a través de ojística y sus subsecuentes variaciones con la loable intención de sutilmente transformar la total esencia del lenguaje para que finalmente semejante invención-creación-inspiración permita o licencie una economía de palabras que él sentía como de suma esencialidad. Solía repetir durante sus caminatas matinales: Más con menos; Salvar en extensión para ganar en expresión. O como lo dijo Giulio Cesare: Cum Voce Maxima Minum Tractus.
(3) Nada que ver con connotación mexicana alguna. Si bien es cierto que algunos historiadores sí preguntaron con honestidad si Porky pudo haber asumido el rol de traidor, tal como Judas lo hizo con Cristo; o el rol de héroe según las Tres versiones de Judas compuesto por el desconocido Nils Runeberg y escrito por la genial mente de nuestro sombrío Borges. El purgatorio para todo mal. El Cerdo Catártico, como lo habría llamado Aristóteles de haber alguna vez tenido la chance de leer esta obra maestra.
(4) En ocasiones, cierta bipolaridad es claramente manifestada por el mismo autor; en otras, es efectivamente manifestada a través de la autora… aunque podría admitir, como traductor de esta pieza, que no estoy totalmente de acuerdo conmigo mismo acerca del asunto de la bipolaridad (NdelTBP).
(5) Otro destacable ejemplo de la infalible invención lingüística del cochino autor.
(6) Algunos autores, entre los cuales podemos encontrar a Mads Peter Djörgremm, tildan esta frase como falaz, dado que Pinocho no poseía testículos verdaderos sino esferitas amaderadas que solamente existían debido a propósitos estéticos.
(7) Es justo preguntar acerca de el uso de semejante porcentaje cuando nos estamos refiriendo al Mesías. El juicio humano es falible per natura, aún cuando juzgamos la divinidad de Cristo. Toda percepción humana es débil e incongruente; por ende, uno jamás podría prefigurar la suprema perfección aspiracional. Jesús el hombre estaba expuesto al error, mientras que su costado divino era perfecto y completo; sus poderes (los cuales no eran suyos, y eran meras capacidades o herramientas diseñadas para un trabajo específico) solamente sirvieron a su tarea histórica. El resto era humanidad, y falible. Allí yace la razón de la infinitésima cifra sugerida por el Prior, como símbolo de lo inescrutable.
(8) Necesario es clarificar que antes del año 1876 era ampliamente creído que la grasa del cerdo era siempre dañina para los humanos sin importar el canal a través del cual el alimento fuese ingerido/introducido. El gran químico y pulcrísimo Witkeck Triufpwert descubrió en ese mismo año que la grasa cerdística es realmente dañina únicamente cuando se la ingiere/introduce oralmente. Luego de una vida dedicada a la investigación, no logró demostrar que aquellas prácticas bárbaras no-orales eran o son un enemigo para la humana salud coronaria.
(9) Más ejemplos de sus invenciones eternas. Glotonísticamente: comer con extrema glotonería y deleite cuasi sexual.
(10) Una de las ideas más debatidas entre los intelectuales más prominentes del mundo teologal es la aseveración que entroniza al actor norteamericano Kevin Bacon como un santo secreto, trabajando en las sombras dentro de los corruptos e infernales círculos internos de Hollywood para así actuar como un magneto que atraería a todo el mal a sí mismo. Nótese la vibrante relación entre Magneto y el fílmico y ficticio personaje Sebastian Shaw – al cual el mismísimo KB le da vida – que forma parte de X-Men: First Class. *Tomado de la famosa revista Movie Freaks and Religious Geeks, edición de Abril, 2012.
(11) Según algunos cálculos realizados por un exclusivo grupo de matemáticos de la universidad de Yale, si las citadas plegarias fuesen realizadas por un simple cerdito religioso, tomarían alrededor de 2500 horas por día para el Pater Noster y unas 1131,5 horas por día para el Ave Maria. La pregunta que continúa torturando a los científicos es: ¿cómo se las arreglaban para hacerlo?
(12) Aún no hay texto para esta nota a pie de página, pero puede que lo haya en uno de los futuros inescrutables.